Historia
Dicen que la historia la escriben los que ganan...
...en éste caso la historia, desde el nacimiento de las ferias artesanales la escribimos: "nosotros los artesanos de Pza Francia", los hippie, los rebeldes, los sin causa, los revolucionarios…, y muchos otros motes que soportamos con orgullo y estoicamente.
Todo comenzó en Plaza Francia a fines de 1970, un pequeño grupo de "locos" empezó a tirar el paño en el piso, a espaldas del paredón del asilo de ancianos "Viamonte" ubicado en Av. Libertador y Av. Pueyrredón.
Los primeros dos años se armó sin control alguno. Pasado ese tiempo, el arquitecto José María Peña, en ese momento director del museo de la Ciudad de Buenos Aires, fue la persona designada para regular tal acontecimiento, único por su forma de expresión y contacto directo con los visitantes. La gente, de alguna manera pero sin atreverse, admiraban la forma de vida elegida por esos pocos, a tal punto que había algunos que se vestían con ropas coloridas, camisolas y collares, traídas desde su hogar, para vestirse con ellas, antes de recorrer la feria artesanal.
En el año 1974 se promulga la primera ordenanza (N°28072) que fijaba los espacios de Plaza Francia, Plaza San Martín y Plaza Belgrano.
Con el golpe de estado genocida de 1976, se traslada a los artesanos de Plaza Francia a un costado de la iglesia Del Pilar, donde se suponía que no iba a durar mucho tiempo, cuando el párroco bendito alzó la voz ante las autoridades militares, los "revoltosos" fueron a parar a la calle Vicente López y Junín, a un costado del Cementerio Recoleta (como para que descansen en paz) en tanto Plaza San Martín y Plaza Belgrano eran levantadas definitivamente y a los palazos.
Algunos compañeros excluídos fueron a parar a Vicente López y Junín, otros a un pasillo lateral de la iglesia de Flores, otros se fueron y a otros los "desaparecieron". Luego de dos años (1978, la pelota manchada de sangre y tortura) nuevamente los pocos artesanos que quedaban, más bien, que soportaban valientemente, fueron trasladados todos a Plaza Italia, única feria artesanal que atravesó los años de dictadura.
Con el devenir de la democracia en el año 1984 se anuncia a través de los medios de comunicación una fiscalización (evaluar los trabajos del artesano conforme a pautas fijadas de antemano que califican para desempeñarse en ésta actividad) en el Centro Cultural Recoleta. Alrededor de cinco mil personas se hicieron presentes en seis jornadas divididas por rubros: cerámica, cuero, madera, metal, tela, varios y plástica.
Los diez fiscales, en su mayoría artesanos de Pza Italia y el resto artistas plásticos (algunos de plástico), llevaron adelante la ardua tarea de fiscalizar todos los trabajos presentados. Estos estaban expuestos en "El Patio de los naranjos", sobre paños en el piso, gesto que recordaba la vieja usanza. Esa fiscalización fue por puntaje, cada fiscal valoraba del uno al diez, se sumaba y se sacaba el promedio general, los mejores puntajes tenían la posibilidad de elegir la feria a la cuál ingresar, una vez completadas las vacantes preestablecidas se seguía con otra feria.
Fueron reabiertas Plaza Francia, Belgrano y Lezama e inauguradas por primera vez: Parque Centenario, Plaza Houssay (de lunes a viernes), Vuelta de Rocha (sab., dom. y feriados), a los pocos años se suma Vlta de Rocha los días jueves y viernes. Se abrieron también Parque Chacabuco y Plaza Güemes pero no prosperaron y los artesanos fueron redistribuídos en las demás ferias. Así comenzamos a caminar nuevamente.
En el año 1990 por los atropellos cometidos por parte de los funcionarios municipales con una intervención feroz a plaza Francia, un grupo de compañeros artesanos de distintas ferias se agruparon y formaron la resistencia al gobierno de turno, logrando en dos años, redactar, consensuar y hacer firmar (a fuerza de movilizaciones), la única ley hecha por los artesanos, la ordenanza 46075 que actualmente nos rige, siendo declarada de interés municipal, votada y aprobada por unanimidad de todos los bloques parlamentarios de distinta índole política, que no es poca cosa.
En todos éstos años hemos sido sistemáticamente excluídos, injustamente, de cualquier hecho cultural que hayan organizado los gobiernos que pasaron, pero estamos totalmente convencidos que tantos años no han pasado en vano, el camino fue y será sinuoso y hemos tropezado muchas veces, entonces es señal que seguimos caminando, ustedes y nosotros juntos, intercambiando y sosteniendo éstas utopías.